La justicia ratificó este jueves la condena de 46 años de prisión contra
Tomás Manuel Maldonado Cera, conocido como El Satánico, por el feminicidio agravado de Brenda Inés Pájaro Bruno,
ocurrido en julio de 2018 en Barranquilla.
La decisión fue adoptada por
la Sala Penal del Tribunal Superior
de esta capital, que confirmó en segunda instancia el fallo proferido en agosto de 2023 por la juez novena penal del circuito, Carmen Ospino Paba.
La defensa del condenado había apelado la sentencia al considerarla desproporcionada, pero el tribunal mantuvo el castigo,
respaldando los argumentos de la Fiscalía
que vinculan a Maldonado como autor material del crimen. Brenda Pájaro, de 44 años, era madre de una niña con discapacidad.
Maldonado, conductor de la van que las transportaba a sus citas médicas
, la agredió sexualmente y posteriormente la asesinó
con saña: le provocó una herida con arma blanca en el cuello y la remató a golpes con una piedra en un área enmontada del barrio Miramar, norte de la ciudad.
Brenda Pájaro fue asesinada en julio del 2018 en un sector enmotando del barrio Miramar.
Foto:
Archivo EL TIEMPO
El caso, que estremeció a Barranquilla,
se convirtió en la pieza clave para destapar el historial criminal de Maldonado Cera, quien ya contaba con otra condena de 31 años de prisión por la desaparición forzada de
Yadira Martínez Gutiérrez en 2002.
Desde entonces, el hombre ha sido vinculado a una serie de homicidios y desapariciones, en su mayoría de mujeres y miembros de
la comunidad LGBTI,
en los que, según la Fiscalía, replicó patrones similares de violencia y rituales macabros.
Un patrón satánico
Durante las investigaciones, la Fiscalía descubrió que el cuerpo de Brenda Pájaro presentaba la mutilación de dos dedos, lo que llevó a los peritos a recordar
una serie de crímenes ocurridos entre 2001 y 2012 en Barranquilla
, en los que las víctimas, ocho personas en total, entre ellas seis hombres y dos mujeres, aparecieron con las mismas lesiones: amputaciones digitales, signos de tortura y símbolos esotéricos grabados en la piel.
Los asesinato cometidos por alías El Satánico estremecieron a Barranquilla
Foto:
Archivo particular
El informe forense señaló que Maldonado cortaba los dedos medio y anular para formar, de manera forzada, lo que algunos expertos en simbología
describen como el 'signo de Voor', utilizado por sectas satánicas para representar adoración al diablo
. Los cuerpos también mostraban marcas de estrellas de cinco puntas, otro símbolo asociado con prácticas ocultistas.
Estos indicios reforzaron la hipótesis de que Tomás Maldonado
sería un asesino en serie motivado por creencias esotéricas
. La Fiscalía recopiló testimonios de familiares y conocidos de las víctimas, que confirmaron que Maldonado mantenía vínculos con varias de ellas antes de que desaparecieran o fueran halladas muertas.
Casos que podrían reabrirse
Entre los crímenes que ahora se estudian con nuevos ojos están los de Roberto Bolaño Ortega, un cosmetólogo asesinado en julio de 2002, y un menor de 14 años cuyo cuerpo fue hallado en septiembre del mismo año, ambos con amputaciones similares y símbolos grabados en la piel.
Tomás Maldonado Cera, alias ‘El Satánico’.
Foto:
Archivo EL TIEMPO
También figuran los asesinatos de
Rolando Romero Romero, presunto amigo de Maldonado, degollado brutalmente, y Miguel Gil Rodríguez, de 17 años, cuyo cadáver fue encontrado en Salgar con señales de tortura y mutilación
. A estos se suman los casos de Aida Antolinez Lizarazo y Yilibeth Manjarrés Almarales, desaparecidas entre 2002 y 2004, quienes según reportes oficiales, fueron sometidas a vejámenes similares.
La Fiscalía analiza la posibilidad de reabrir estos procesos con base en las nuevas pruebas forenses y los patrones de comportamiento del condenado. “Todo apunta a un mismo modus operandi”, señaló una fuente judicial.
Tomás Maldonado está preso y enfrenta al menos diez procesos más por crímenes que podrían configurar el accionar de un asesino serial. Su apodo,
‘El Satánico’, ya resuena como uno de los más oscuros en la historia criminal de la región Caribe.
